Por: Jesús Serrano
Fueron 5 años de espera para que el clásico joven se repitiera en una final, los recuerdos de aquel 2013 son gratos, pero hoy se escribe una nueva historia.
El Coloso de Santa Úrsula está lleno en su máxima capacidad, hoy más que un partido se juega el honor de ambas instituciones, la afición viste los colores como si fuese su piel y así la defienden con brincos y porras.
El silbatazo anuncia el comienzo del partido y el balón comienza a rodar, pocos minutos transcurren y los intentos por parte del conjunto cementero de querer anotar no se hacen esperar, pasado el minuto 5 ́ un intento fallido de Caraglio hace emocionar a la porra azul, la escuadra azulcrema hace lo suyo con llegadas sin éxito.
El balón recorre el campo de un lado a otro sin tener rumbo hasta que un tiro libre al minuto 10 ́ pone a todo el estadio de pie pues un cabezazo por parte de la maquina obliga a que Marchesín demuestre de que está hecho atajando un remate que iba a puerta.
Méndez, Alvarado y Hernández intentaban obtener un gol que le dé ventaja al conjunto cementero pero los esfuerzos eran en vano.
Por su parte Lainez y Martínez hacen lo suyo para intentar darle ventaja a los cremas.
Los siguientes minutos transcurrieron sin pena ni gloria para ambas escuadras y el medio tiempo le da calma a esta guerra interminable por el balón.
Los últimos 45 minutos inician con una sola idea; llevarse el triunfo de la noche, el minuto 48 ́ es una de las llegadas más importantes que tienen los de Coapa, Mateus Uribe remata pero no es suficiente para derrotar a Jesús Corona quien se encuentra bien parado y impidiendo la anotación.
Los disparos por parte del América no cesan y la maquina comienza a sacar la mejor defensiva que tiene evitando a toda costa que caiga el tan anhelado gol.
Las oportunidades a puerta comienzan a ser escasas y un gol comienza a verse lejano, ambos planteles comienzan a probar suerte desde diferentes lugares de la cancha fallando en todas oportunidades.
Los últimos minutos fueron cruciales para definir el rumbo del partido, pues los ánimos comenzaron a calentarse provocando así que algunos jugadores se hicieran de palabras.
Minutos después, en todo el estadio se escuchó el pitazo final, con un empate a cero que se resolverá el próximo domingo en este mismo estadio.
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