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Por Astrid Orozco
El sábado se llevó a cabo la tercera edición del Bazar Emergente, en esta ocasión su recinto fue la Casa Franciscana, ubicada en el Centro Histórico en la calle Jesús María, con el motivo de tener mayor espacio y esperar a por lo menos mil 500 personas.
Este Bazar surgió como una necesidad de valorar el trabajo de diversos productores y bandas independientes. “El objetivo clave de este Bazar es hacer de la música independiente un puente por el cual tanto medios de comunicación, fans y clientes potenciales, puedan crear una sinergia que desemboque en la gestación de proyectos de largo alcance” según escribió Alan Castro el organizador del evento.
Desde las 12:00 las bandas comenzaron a tocar, se presentaron agrupaciones que llevaban poco tiempo de haberse conformado y se estaban dando a conocer, muchas de ellas tenían su propio puesto con sus materiales discográficos y flyers de eventos en los que habían participado; durante todo el evento se pudo disfrutar de una diversidad musical, desde ska hasta metal, también se presentaron bandas de otros países.
Cada banda que se presentó mostraba nuevas propuestas musicales y tenían su propia esencia para hacer bailar y cantar al público. Algo que hace especial este Bazar es que al concluir el espectáculo los fans pudieron acercarse libremente a los artistas y platicar un rato con ellos.
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